¿Qué es la "perspectiva de
género"?
Por Adolfo J.
Castañeda
En los últimos años el feminismo
antivida ha desarrollado el concepto de "perspectiva de género" o "equidad de
género", con el propósito de replantear todos aquellos temas que considera de
vital importancia para la mujer. Sin embargo, la perspectiva de género se ha
convertido en un concepto tan totalizante, que ya no es un término más en la
lista de la jerga del feminismo antivida, sino un nuevo modo de ver al ser
humano, una nueva perspectiva desde la cual reelaborar los conceptos de hombre y
mujer, sus respectivas vocaciones en la familia y la sociedad, y la relación
entre ambos. De este modo los conceptos de sexualidad, matrimonio, vida y
familia también se ven radicalmente afectados. De ahí la importancia de
analizar, siquiera sumariamente, este concepto tan peligroso y revolucionario.
El concepto de "género", acompañado
tanto de los términos "equidad" como "perspectiva", a pesar de usarse mucho, por
ejemplo, en el texto del Foro de Mar del Plata, no está definido claramente. De
hecho, el programa mismo de este foro dice que: "Este concepto de equidad de
género aún no es una teoría acabada que sea objeto de consenso, sino un objeto
dinámico y un proceso de desarrollo."
Sin embargo, el texto también dice que:
"Según este concepto, las diferencias entre hombres y mujeres responden a una
estructura cultural, social y psicológica y no a condiciones biológicas." En
otras palabras, la sociedad inventa las diferencias entre los sexos, éstas no
tienen un origen natural. Como resultado, la perspectiva de género niega que,
biológicamente hablando, los seres humanos se distingan simplemente en dos
sexos: masculino y femenino, y afirma que son más las combinaciones que resultan
de las áreas fisiológicas del "sexo biológico", es decir, de los órganos
sexuales internos y externos. "No existe el hombre ‘natura'' o la mujer
‘natura'", continúa diciendo el texto del programa, "no hay conjuntos de
características o de conductas exclusivas de un sexo, ni siquiera en la vida
psíquica." Por eso, a continuación habla de un "continuum" de "intersexos",
"cuyo punto medio es el hermafroditismo". De ahí que considere la
heterosexualidad y la procreación, no como la sexualidad natural, sino como
"otra construcción social biologizada".
Las consecuencias de esta forma de
pensar son aterradoramente funestas. La perspectiva de género llega a una
concepción tan amorfa de la persona humana, que da pie a todo tipo de
comportamiento, por perverso que sea. El cuerpo y la naturaleza humana, en sus
expresiones de feminidad y masculinidad, pierden toda su relevancia moral, para
convertirse en puro instrumento al servicio del placer egoísta.
Pero, no se trata solamente de una
justificación ideológica del hedonismo, es decir, del lesbianismo, el
homosexualismo, la anticoncepción, el aborto, etc., sino de todo un programa
para "reconstruir" la sociedad, imponiéndole una nueva forma de ver y vivir la
sexualidad. El texto dice: "Se plantea la desconstrucción del género como un
proceso de subversión cultural".
Un ejemplo concreto de esta "subversión
cultural" lo constituye la reelaboración de la Declaración de los Derechos
Humanos de las Naciones Unidas, a partir de la perspectiva de género, que
propone el Comité Latinoamericano para la Defensa de los Derechos de
la Mujer
(CLADEM), según informa la revista Mujer Hoy, de las feministas del Ecuador.
La propuesta no trata solamente de
añadir "nuevos derechos", sino también de reinterpretar los que ya existen. Y
así, por ejemplo, el concepto de familia es vaciado de su contenido tradicional
(como intentaron hacer sin éxito los activistas antivida en la Conferencia de El
Cairo), para dar pie a "uniones" de homosexuales y lesbianas, con los mismos
derechos que las familias normales. Esto se percibe claramente en la inclusión
del término "orientación sexual" (=homosexualismo, lesbianismo y bisexualismo),
por parte de CLADEM en el artículo 2 de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos, para que éste entonces diga lo siguiente:
"Cada persona está investida de todos
los derechos y libertades establecidos en esta Declaración sin distinción de
ninguna clase, en razón de raza, color, sexo, espiritualidad, orientación
sexual, edad, idioma, religión, cultura, opción política o de otra índole,
origen nacional o social, condición económica, nacimiento u otro status."
La reelaboración de este artículo 2
lógicamente repercute en todos aquellos derechos que tienen que ver con la
sexualidad, el matrimonio y la familia. Así por ejemplo, el inciso 3 del
artículo 19 de esta reelaboración, tergiversa el sentido original del artículo
16 de la
Declaración Universal, que trata sobre el derecho al matrimonio
y a la familia, añadiendo lo siguiente: "los diversos grupos tienen derecho a
establecer sus propias formas de vida familiar".
Antes de seguir con más ejemplos, es
importante señalar el artículo 35 de la reelaboración de CLADEM, el cual es una
repetición del artículo 30 de la Declaración Universal,
y que en ambos casos cierran el elenco de derechos humanos declarados con la
siguiente afirmación: "Nada en la presente Declaración podrá interpretarse en el
sentido de conferir derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para
emprender o desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión
de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración."
Tratándose de genuinos derechos, la
afirmación anterior cobra toda su validez, pues los derechos humanos son
anteriores al Estado y a cualquier otra institución social. Pero en el caso de
falsos "derechos", como los son varios de los que propone CLADEM, la afirmación
se convierte en la tutela de la perversión, no sólo ante el Estado, sino también
ante instituciones como las iglesias u otras asociaciones, las cuales caerían
bajo la categoría de "grupo". Ni las iglesias ni nadie podrían expresar su
oposición, por ejemplo, al "derecho a la orientación sexual" (artículo 5), a los
"derechos reproductivos" o a la "interrupción voluntaria del embarazo" (artículo
6), que no significan otra cosa que homosexualismo, anticoncepción,
esterilización y aborto.
No hay duda, la "perspectiva de género"
representa una de las armas ideológicas más peligrosas para destruir la vida y
la familia, y por ende, la sociedad.
Fuente: Vida Humana Internacional